Dagoberto Vásquez Castañeda nació el 2 de octubre de 1922 en la ciudad de Guatemala, hijo de doña Magdalena Castañeda de Vásquez y don Ricardo Vásquez Revolorio. Murió en la ciudad de Guatemala el 21 de junio de 1999. Fue el cuarto de seis hermanos.
Doña Magdalena era una mujer piadosa y acostumbraba entretener a sus nietos con historias de la Biblia. Ella convenció a don Ricardo de mudarse a la capital porque quería que sus hijos llegaran a ser algo en la vida. Pero don Ricardo trabajaba en los departamentos porque no pudo encontrar trabajo en la capital, y el matrimonio se destruyó. Doña Magdalena nunca le dio el divorcio a don Ricardo porque no quería que sus hijos fueran hijos del divorcio.
Sostuvo a sus seis hijos poniendo una tienda en una casita que alquiló en la Avenida De Los Árboles. Doña Magdalena, a pesar de la pobreza en que vivía, se esforzó por dar educación a sus hijos y por lo visto tuvo éxito: su segunda hija llegó a ser presidenta del Consejo técnico del Ministerio de Educación y su quinto hijo fue subgerente del Banco de Guatemala. Dagoberto fue condecorado muchas veces, incluyendo la Orden Del Quetzal.
Dagoberto estudió la primaria en la escuela Costa Rica y escultura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Para pagarse sus estudios trabajó como inspector de camionetas, como carpintero y como maestro de arte en la escuela de señoritas Belén y en la escuela Rafael Aqueche. Gracias a una beca del gobierno revolucionario, estudió en Santiago de Chile de 1945 a 1949. Esto último habla mucho de su carácter, pues mientras que la mayoría de los becarios escogían estudiar en París, Roma o Nueva York, Vásquez eligió ir a Chile para alejarse de la influencia de las grandes corrientes artísticas, ya que tenía el firme propósito de desarrollar un estilo propio, incluso si esto implicaba renunciar a que su hoja de vida incluyera estudios en esas grandes capitales. En consecuencia, con este propósito, en Santiago de Chile se trasladó de la Escuela de Bellas Artes a la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile para concentrarse en el aprendizaje de la técnica.
En Chile, Dagoberto se casó con doña Blanca Bianchi Ghezzi, hija de inmigrantes suizos, y tuvo un hijo. En Guatemala tuvo otros dos hijos, todos varones.
Dagoberto fue un padre dedicado a su hogar. Se sacrificó para darles a sus hijos lo mejor, aunque como artista no era mucho lo que ganaba. Por ejemplo, para pagar la educación primaria de sus hijos, trabajó dando clases de artes plásticas en el colegio donde ellos estudiaban. Para sostener el hogar trabajó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, en el Conservatorio Nacional de Música, en la Escuela Nacional de Danza, en las facultades de arquitectura de la Universidad de San Carlos de Guatemala y de la Universidad Rafael Landívar, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Mariano Gálvez y como director del Departamento de Arte Folklórico Nacional. Nunca tuvo carro: ¡a todos lados iba en camioneta o a pie!
Su fuerza moral se puso a prueba en innumerables ocasiones a lo largo de su vida, que fue de lucha incesante y de trabajo sin descanso. Su ideal de una vida ética se manifiesta, por ejemplo, en su gusto por la esgrima. Tenía una colección de espadas, pues para él la espada era un símbolo de fuerza moral. A la pregunta de por qué tenía esas espadas, él contestó: “son de una época en que los problemas se resolvían de otra manera”. Tenía un sentido inflexible del honor.
Hijo de su época, Vásquez vivió intensamente, en la capital de Guatemala, la marcha de la historia en el mundo durante el siglo XX, un siglo lleno de cambios grandes y profundos en todo el planeta, y participó activamente en las transformaciones que se gestaron en Guatemala.
Vásquez creó una expresión artística fuertemente original, abarcando todas las técnicas y materiales de las artes plásticas: dibujo, grabado, pintura, escultura en piedra y relieve en concreto. Además, Vásquez formó generaciones de jóvenes en las escuelas de arte y en las universidades de Guatemala.
Como artista y como filósofo y como filósofo, como ciudadano consciente y comprometido, Vásquez creó un estilo propio y legó una obra inmensa en cantidad cuya calidad nunca decayó y mantuvo un alto nivel de excelencia, siempre exigiéndose al máximo, fiel a si mismo, como un hombre y artista auténtico.
1999
He aquí algunos de los premios y distinciones que recibió:
- Orden del Quetzal (1995)
-Medalla de honor al mérito de la Presidencia de la República de Guatemala (1988)
- Medalla al mérito artístico de la Dirección de Cultura y Bellas Artes de Guatemala (1984)
- OPUS al mejor escultor del Patronato de Bellas Artes de Guatemala (1991)
- Orden Alfredo Gálvez Suárez de la Municipalidad de Guatemala (1997)
-Diploma Emeritissimum de la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala (1978)
- Tercer premio de escultura (NUMISMA) en el certamen del V centenario del descubrimiento de América en Madrid, España (1983)
- Premio único en el Certamen Internacional de medalla Franklin Mint en Pensilvania, Estados Unidos (1971)
- Finalista en el certamen internacional para el monumento al prisionero político desconocido del Institute of Contemporary Arts de Londres (1952)
- Diploma por el más alto grado de integración plástica-arquitectónica de la ESSO (1980)
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